27 jul 2012

Cuentas pendientes.




La temporada viene marcada por Kiss. Por un lado la resurrección a finales de agosto de su grabación de 1976, Destroyer, oportunamente maqueada y ampliada y por otro, y ya en octubre, la edición de un nuevo disco titulado Monster. De esta segunda novedad, se extrae la canción de arriba, un alegato encendido y bastante bien traído, en el que nos cuentan, al igual que que lo hacía Leonard Cohen, que también ellos fueron condenados a muchos años de hastío por intentar cambiar el sistema desde dentro. La diferencia es que el regreso del canadiense es triunfalista, mientras que los norteamericanos, conscientes de sus cicatrices y de los ceros de sus facturas, han llevado su rock & roll a la trinchera.

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